La arquitectura de la ciudad de Popayán evoca
historia, evoca realidad y conservadurismo, por eso, en el siguiente texto se
quieren dar a conocer estructuras que son realmente importantes para la ciudad,
pero más por su valor connotativo y simbólico, que por su valor denotativo y
funcional. Para esto se mostraran cómo fueron hechas estas estructuras y cómo
poco a poco trascendieron hasta formas la cultura payanesa que se conoce en la
actualidad. Con base en el texto “La estructura Ausente” de Umberto Eco, y más
específicamente los fragmentos Arquitectura y comunicación, El signo arquitectónico, La comunicación
arquitectónica y la historia, Los códigos arquitectónicos y Arquitectura como
comunicación de masas, se relacionará la arquitectura cultural de la ciudad
Popayán y los fundamentos principales en cuanto al estudio de los signos en el
texto.
Popayán, la capital del departamento del Cauca e
ilustre ciudad en la época de la colonia fue fundada el “día de la asunción de
la virgen María”, por eso se le denomina a ese hecho “la asunción de Popayán”,
siendo prácticamente una ciudad hermana de Asunción de Paraguay. Hay diversas
teorías sobre el origen del vocablo “Popayán”, la que se cree más acertada es
la del historiador Diego Castrillón Arboleda, quien expone que en la llegada de
Sebastián de Belalcazar a este
territorio, éste venía acompañado de indígenas Yanaconas que hablaban quechua y
que servían como traductores que permitían la comunicación entre los habitantes
locales y los españoles; el cacique Piojac era el señor (pop), motivo por el
cual se denomina Pop-ayan.
La capital caucana es
reconocida a nivel nacional e internacional por sus paredes blancas, lo que nos
llevó a indagar sobré el trasfondo de este hecho, y cómo, como función primaria
(carácter denotativo), se puede transformar en algo totalmente connotativo
(función secundaria) y sea lo que más represente a la ciudad.
Hay tres versiones sobre el
hecho de por qué se pintó la ciudad (centro histórico) de blanco; la primera de
ellas indica que, como Popayán era tan importante en la época del siglo XVIII,
teniendo como habitantes familias destacadas e importantes en aspectos como política, artes, y sobre
todo en sus inagotables recursos económicos, se pintó de tal modo que reflejara,
de una manera explícita, la pureza de los aristócratas españoles, que no
aceptaban otras razas como la indígena y la negra, siendo estos inferiores a
ellos.
La peste, por esa misma
época, llegó a la ciudad de Popayán, lo que da pie para exponer la segunda
versión del por qué las pareces de Popayán son blancas; el cementerio se
encontraba en la parte alta del pueblo (actual Loma de Cartagena), lo que hacía
que el viento llevara los olores hasta el centro del pueblo. Al llegar la peste
y otras muchas enfermedades se les relacionó con el olor que producían los
cuerpos en descomposición que era arrastrados por el aire; el cementerio se
trasladó al interior del territorio urbano y se pintó la ciudad de blanco para
indicar que esta estaba en cuarentena. La tercer versión, y la que va más
acorde con el pensamiento religioso que sostiene la ciudad es que, al iniciar
las procesiones en la semana mayor, que en un principio eran realizadas por la
gente humilde, esclavos y comerciantes con pocos recursos económicos, que
llevaba a cuestas las monumentales imágenes que mostraban la pasión, muerte y
resurrección de Jesucristo, se quería purificar el camino por el cual se hacía
el recorrido de los pasos, así que se decretó que se tenían que pintar las
paredes de blanco para reflejar pureza y sabiduría.
La percusión arquitectónica, mencionada por Umberto Eco en el
capítulo “La comunicación arquitectónica y la historia” expone
cómo la arquitectura está en función de la comunicación de masa dado que
satisface las exigencias de los habitantes de la ciudad para persuadirlos y
lograr que vivan de una manera determinada; el hecho de que las paredes de la
ciudad sean blancas tiene relación directa, o por lo menos en la ideología
actual colectiva, con la pureza y sabiduría de la religiosidad y con la idea de
“ciudad religiosa”.
La
arquitectura de Popayán se encuentra influenciada notoriamente por las
edificaciones y arreglos barrocos debido a la gran influencia europea que se
vivía por aquellas épocas en la región, adoptando líneas curvas frente a las
rectas generando mayor dinamismo y expresividad; cuando se entiende a la
arquitectura como un medio de transmisión comunicativo, el término
“expresividad” se torna mucho más relevante dado que determina, de alguna
manera y físicamente, la forma de vida de los habitantes que están
condicionados por los objetos arquitectónicos. Las fachadas alcanzan una
connotación de gran valor, pues es donde suelen volcar los grandes empeños
decorativos con profusas cornisas y columnas griegas, romanas y salomónicas. Un
ejemplo claro de la transmisión de las ideas arquitectónicas son las columnas
que se encuentran en una de las esquinas del parque caldas (actual Banco de Occidente),
estructura que ha permanecido similar desde varias décadas atrás.
La Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, más conocida
como “La Catedral”, cuenta con un estilo barroco tanto en su exterior, donde la
cúpula, construida poe el arquitecto Adolfo Dueñas Lenis, se impone socialmente
por su gran estructura, y culturalmente por su acercamiento a Dios, de quien
proviene la luz y la sabiduría, como en su interior, mostrando las estatuas y
los monumentos en actitudes rebuscadas, dotadas de una contextura vigorosa y
una exuberancia física con tallados que pretenden transmitir sensación de
movimiento adoptando variedad de perspectivas
insólitas y los volúmenes que se distribuyen de manera asimétrica, predominando
el manejo de las luces y sombras, el claro oscuro, la intensidad dramática y el
empleo del color dorado.
La iglesia de Santo Domingo
tiene muchas similitudes con La Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, dado
que ambas están construidas en tapia y cubiertas de paja. Ésta se derrumbó en
el terremoto de 1736 y que a su vez, fue reconstruida por el maestro Gregorio
Causi, gracias a las altas donaciones económicas aportadas por la familia
Arboleda, familia de gran prestigio en el territorio.
Don Francisco Arboleda hizo
el arco toral de la Capilla del Presbítero, el camarín para La Virgen y las
bóvedas ubicadas bajo el panteón familiar. El altar mayor tiene seis columnas
estriadas con un estilo corintio, rematadas en cuatro estatuas, cuya
representación son las virtudes cardinales. Todo el altar es de cedro, el
sepulcro se encuentra enchapado en carey, marfil y plata dorada y, para
finalizar, la portada de la iglesia, que da a la plazuela, fue elaborada al
rededor del año de 1740, construida en piedra de cantera por artistas
payaneses, de tendencia arcaizante, no muy conocido en la nueva granada debido
a su técnica y tendencia antinaturalista en cuanto al manejo de relieves.
La iglesia de San Francisco
es una de las más notorias representaciones de la colonialidad de la ciudad;
fundada en el siglo XVIII, con un estilo de barroco tardío contemporáneo, la
iglesia consta de una nave central y de dos naves de capillas que permiten
comunicarse con la central por arcos de
medio punto, flaqueados por pilastras de capitel un poco abultado. El
presbiterio tiene unas gradas ovaladas similares a las de santo domingo, el
lugar consta de un cementerio, donde se enterraba a la nobleza, se decía que a
la gente se le enterraba en “Tierra Santa” o sea en iglesias, por eso es muy
común que la mayoría de iglesias posean cementerios en su interior.
A finales del
siglo XVII se construye La Torre del Reloj, símbolo por excelencia de Popayán,
también llamada “La Nariz de Popayán”, que constaba de un campanario de tiempo
después algunos españoles hurtaron. En 1737 fue encargado el reloj a una casa
inglesa, funcionaba con contrapesos en plomo que fueron fundidos por Antonio
Nariño durante la guerra de independencia para la construcción de balas.
En 1873 fue
construido el puente del humilladero, una de las más importantes estructuras
por su reconocimiento en la ciudad, por Fray Serafín Berbetty. Consta de doce
arcos unidos por columnas toscanas, con una longitud de 180 metros de largo,
situado entre el barrio Centro y el callejón, hoy en día barrio Bolívar. Su
principal fin era evitar la cuesta peatonal a la calle 2da, por una falla del
terreno que complicaba el paso del lugar. En el puente culminaba una dura
pendiente coronada por una cruz o altar, donde las personas se postraban ante
el símbolo santo, arrodillándose o humillándose, siendo esta la posible causa
por la que se le bautizo de esta manera. A un lado de este se encontraba un
pequeño puente llamado “el puente de la custodia” donde desfilaban esclavos e
indígenas mientras que por el principal pasaba la nobleza.
El rococó también tiene gran
notoriedad en la arquitectura payanesa Se caracteriza por el
empleo de colores vivos con colores luminosos, suaves y claros. Predominan la
exuberancia y la elegancia, que contrastan con el pesimismo y la oscuridad del
barroco. Las casas del centro payanes tienen comúnmente marcos en piedra
alrededor de sus puertas, y unos cuantos balcones, o naves diseñadas con fin de
observar sin ser visto como técnica militar, e incluso las calles tenían un fin
común.
Humberto Eco en su texto, La
Estructura Ausente, afirma que la semiótica no sólo es el estudio de los
signos sino también de los fenómenos culturales como sistemas de signos. La
vida que llevan los habitantes en la ciudad de Popayán está totalmente
influenciada por la arquitectura colonial y conservadora. El poco avance en
infraestructura en el casco urbano de la ciudad, causado por esa esencia
conservadora, que genera poco progreso, y que ata a Popayán con el pasado
ilustre que alguna vez alcanzó, ha enfrascado a la ciudad y la ha mantenido al
margen de lo absurdo en el poco desarrollo.
La arquitectura, aunque está diseñada en su carácter
denotativo para cubrir las necesidades de las personas, aportándole además
estética, funciona, en un carácter connotativo, para transmitir, para
comunicar. Los balcones, tan característicos en el centro histórico se hicieron
para dotar de luz los grande y fríos cuartos que exigía el estilo barroco, pero
que además raya con el hecho de ver ampliamente las calles, de ver a los demás;
su valor connotativo lo vuelve tan cultural, tan payanes, que se deja a un lado
su función principal, para lo que fue hecho, y se enmarca en el contexto de lo
más representativo o por lo que más sobresale la capital caucana.
El fundamento principal de la arquitectura en Popayán se
relega a un segundo plano cuando de cultura se habla. El fundamento principal
arquitectónico de la cultura patoja es esa arquitectura pura, creada para la
iglesia, por la iglesia, la arquitectura religiosa. La cultura, que está
determinada por las costumbres y la forma de vida, es el resultado de las
estructuras, pero no la arquitectura como estructuras funcionales, sino como el
mero hecho de comunicar, de transmitir, de impregnar y controlar ideologías y
formas de vida.
Para concluir es bueno resaltar el hecho de que la
arquitectura payanesa es una buena fuente de cultura y de conservadurismo. Con
la evocación histórica que traen consigo los objetos arquitectónicos, la
ideología payanesa se ha ido moldeando lenta y progresivamente, sin permitir
que se den cambios extremos y manteniendo
aferrada a la ciudad al pasado. Como lo afirma Umberto Eco: la semiótica no
sólo es el estudio de los signos, sino también abarca el estudio de los
fenómenos culturales como sistema de signos; a la cultura payanesa no se le
podría estudiar sin su arquitectura, porque no tendría sentido.
Además el signo arquitectónico no se puede entender como la
mera representación física de un objeto o alguna construcción, por el
contrario, y también en base a esta forma denotativa, la arquitectura tiene
gran fuerza connotativa, así que hay que
entenderlo desde parámetros culturales, lo que refuerza la idea anterior.
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