martes, 11 de junio de 2013

SÍMBOLOS ARQUITECTÓNICOS PAYANESES.



La arquitectura de la ciudad de Popayán evoca historia, evoca realidad y conservadurismo, por eso, en el siguiente texto se quieren dar a conocer estructuras que son realmente importantes para la ciudad, pero más por su valor connotativo y simbólico, que por su valor denotativo y funcional. Para esto se mostraran cómo fueron hechas estas estructuras y cómo poco a poco trascendieron hasta formas la cultura payanesa que se conoce en la actualidad. Con base en el texto “La estructura Ausente” de Umberto Eco, y más específicamente los fragmentos Arquitectura y comunicación, El signo arquitectónico, La comunicación arquitectónica y la historia, Los códigos arquitectónicos y Arquitectura como comunicación de masas, se relacionará la arquitectura cultural de la ciudad Popayán y los fundamentos principales en cuanto al estudio de los signos en el texto.
Popayán, la capital del departamento del Cauca e ilustre ciudad en la época de la colonia fue fundada el “día de la asunción de la virgen María”, por eso se le denomina a ese hecho “la asunción de Popayán”, siendo prácticamente una ciudad hermana de Asunción de Paraguay. Hay diversas teorías sobre el origen del vocablo “Popayán”, la que se cree más acertada es la del historiador Diego Castrillón Arboleda, quien expone que en la llegada de Sebastián de Belalcazar  a este territorio, éste venía acompañado de indígenas Yanaconas que hablaban quechua y que servían como traductores que permitían la comunicación entre los habitantes locales y los españoles; el cacique Piojac era el señor (pop), motivo por el cual se denomina Pop-ayan.
La capital caucana es reconocida a nivel nacional e internacional por sus paredes blancas, lo que nos llevó a indagar sobré el trasfondo de este hecho, y cómo, como función primaria (carácter denotativo), se puede transformar en algo totalmente connotativo (función secundaria) y sea lo que más represente a la ciudad.
Hay tres versiones sobre el hecho de por qué se pintó la ciudad (centro histórico) de blanco; la primera de ellas indica que, como Popayán era tan importante en la época del siglo XVIII, teniendo como habitantes familias destacadas e importantes  en aspectos como política, artes, y sobre todo en sus inagotables recursos económicos, se pintó de tal modo que reflejara, de una manera explícita, la pureza de los aristócratas españoles, que no aceptaban otras razas como la indígena y la negra, siendo estos inferiores a ellos.

La peste, por esa misma época, llegó a la ciudad de Popayán, lo que da pie para exponer la segunda versión del por qué las pareces de Popayán son blancas; el cementerio se encontraba en la parte alta del pueblo (actual Loma de Cartagena), lo que hacía que el viento llevara los olores hasta el centro del pueblo. Al llegar la peste y otras muchas enfermedades se les relacionó con el olor que producían los cuerpos en descomposición que era arrastrados por el aire; el cementerio se trasladó al interior del territorio urbano y se pintó la ciudad de blanco para indicar que esta estaba en cuarentena. La tercer versión, y la que va más acorde con el pensamiento religioso que sostiene la ciudad es que, al iniciar las procesiones en la semana mayor, que en un principio eran realizadas por la gente humilde, esclavos y comerciantes con pocos recursos económicos, que llevaba a cuestas las monumentales imágenes que mostraban la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, se quería purificar el camino por el cual se hacía el recorrido de los pasos, así que se decretó que se tenían que pintar las paredes de blanco para reflejar pureza y sabiduría.
La percusión arquitectónica, mencionada por Umberto Eco en el capítulo “La comunicación arquitectónica y la historia” expone cómo la arquitectura está en función de la comunicación de masa dado que satisface las exigencias de los habitantes de la ciudad para persuadirlos y lograr que vivan de una manera determinada; el hecho de que las paredes de la ciudad sean blancas tiene relación directa, o por lo menos en la ideología actual colectiva, con la pureza y sabiduría de la religiosidad y con la idea de “ciudad religiosa”. 
La arquitectura de Popayán se encuentra influenciada notoriamente por las edificaciones y arreglos barrocos debido a la gran influencia europea que se vivía por aquellas épocas en la región, adoptando líneas curvas frente a las rectas generando mayor dinamismo y expresividad; cuando se entiende a la arquitectura como un medio de transmisión comunicativo, el término “expresividad” se torna mucho más relevante dado que determina, de alguna manera y físicamente, la forma de vida de los habitantes que están condicionados por los objetos arquitectónicos. Las fachadas alcanzan una connotación de gran valor, pues es donde suelen volcar los grandes empeños decorativos con profusas cornisas y columnas griegas, romanas y salomónicas. Un ejemplo claro de la transmisión de las ideas arquitectónicas son las columnas que se encuentran en una de las esquinas del parque caldas (actual Banco de Occidente), estructura que ha permanecido similar desde varias décadas atrás.
La Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, más conocida como “La Catedral”, cuenta con un estilo barroco tanto en su exterior, donde la cúpula, construida poe el arquitecto Adolfo Dueñas Lenis, se impone socialmente por su gran estructura, y culturalmente por su acercamiento a Dios, de quien proviene la luz y la sabiduría, como en su interior, mostrando las estatuas y los monumentos en actitudes rebuscadas, dotadas de una contextura vigorosa y una exuberancia física con tallados que pretenden transmitir sensación de movimiento adoptando variedad de perspectivas insólitas y los volúmenes que se distribuyen de manera asimétrica, predominando el manejo de las luces y sombras, el claro oscuro, la intensidad dramática y el empleo del color dorado.
La iglesia de Santo Domingo tiene muchas similitudes con La Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, dado que ambas están construidas en tapia y cubiertas de paja. Ésta se derrumbó en el terremoto de 1736 y que a su vez, fue reconstruida por el maestro Gregorio Causi, gracias a las altas donaciones económicas aportadas por la familia Arboleda, familia de gran prestigio en el territorio.
Don Francisco Arboleda hizo el arco toral de la Capilla del Presbítero, el camarín para La Virgen y las bóvedas ubicadas bajo el panteón familiar. El altar mayor tiene seis columnas estriadas con un estilo corintio, rematadas en cuatro estatuas, cuya representación son las virtudes cardinales. Todo el altar es de cedro, el sepulcro se encuentra enchapado en carey, marfil y plata dorada y, para finalizar, la portada de la iglesia, que da a la plazuela, fue elaborada al rededor del año de 1740, construida en piedra de cantera por artistas payaneses, de tendencia arcaizante, no muy conocido en la nueva granada debido a su técnica y tendencia antinaturalista en cuanto al manejo de relieves.
La iglesia de San Francisco es una de las más notorias representaciones de la colonialidad de la ciudad; fundada en el siglo XVIII, con un estilo de barroco tardío contemporáneo, la iglesia consta de una nave central y de dos naves de capillas que permiten comunicarse  con la central por arcos de medio punto, flaqueados por pilastras de capitel un poco abultado. El presbiterio tiene unas gradas ovaladas similares a las de santo domingo, el lugar consta de un cementerio, donde se enterraba a la nobleza, se decía que a la gente se le enterraba en “Tierra Santa” o sea en iglesias, por eso es muy común que la mayoría de iglesias posean cementerios en su interior.
A finales del siglo XVII se construye La Torre del Reloj, símbolo por excelencia de Popayán, también llamada “La Nariz de Popayán”, que constaba de un campanario de tiempo después algunos españoles hurtaron. En 1737 fue encargado el reloj a una casa inglesa, funcionaba con contrapesos en plomo que fueron fundidos por Antonio Nariño durante la guerra de independencia para la construcción de balas.
En 1873 fue construido el puente del humilladero, una de las más importantes estructuras por su reconocimiento en la ciudad, por Fray Serafín Berbetty. Consta de doce arcos unidos por columnas toscanas, con una longitud de 180 metros de largo, situado entre el barrio Centro y el callejón, hoy en día barrio Bolívar. Su principal fin era evitar la cuesta peatonal a la calle 2da, por una falla del terreno que complicaba el paso del lugar. En el puente culminaba una dura pendiente coronada por una cruz o altar, donde las personas se postraban ante el símbolo santo, arrodillándose o humillándose, siendo esta la posible causa por la que se le bautizo de esta manera. A un lado de este se encontraba un pequeño puente llamado “el puente de la custodia” donde desfilaban esclavos e indígenas mientras que por el principal pasaba la nobleza.
El rococó también tiene gran notoriedad en la arquitectura payanesa  Se caracteriza por el empleo de colores vivos con colores luminosos, suaves y claros. Predominan la exuberancia y la elegancia, que contrastan con el pesimismo y la oscuridad del barroco. Las casas del centro payanes tienen comúnmente marcos en piedra alrededor de sus puertas, y unos cuantos balcones, o naves diseñadas con fin de observar sin ser visto como técnica militar, e incluso las calles tenían un fin común.
Humberto Eco en su texto, La Estructura Ausente, afirma que la semiótica no sólo es el estudio de los signos sino también de los fenómenos culturales como sistemas de signos. La vida que llevan los habitantes en la ciudad de Popayán está totalmente influenciada por la arquitectura colonial y conservadora. El poco avance en infraestructura en el casco urbano de la ciudad, causado por esa esencia conservadora, que genera poco progreso, y que ata a Popayán con el pasado ilustre que alguna vez alcanzó, ha enfrascado a la ciudad y la ha mantenido al margen de lo absurdo en el poco desarrollo.
La arquitectura, aunque está diseñada en su carácter denotativo para cubrir las necesidades de las personas, aportándole además estética, funciona, en un carácter connotativo, para transmitir, para comunicar. Los balcones, tan característicos en el centro histórico se hicieron para dotar de luz los grande y fríos cuartos que exigía el estilo barroco, pero que además raya con el hecho de ver ampliamente las calles, de ver a los demás; su valor connotativo lo vuelve tan cultural, tan payanes, que se deja a un lado su función principal, para lo que fue hecho, y se enmarca en el contexto de lo más representativo o por lo que más sobresale la capital caucana.
El fundamento principal de la arquitectura en Popayán se relega a un segundo plano cuando de cultura se habla. El fundamento principal arquitectónico de la cultura patoja es esa arquitectura pura, creada para la iglesia, por la iglesia, la arquitectura religiosa. La cultura, que está determinada por las costumbres y la forma de vida, es el resultado de las estructuras, pero no la arquitectura como estructuras funcionales, sino como el mero hecho de comunicar, de transmitir, de impregnar y controlar ideologías y formas de vida.
Para concluir es bueno resaltar el hecho de que la arquitectura payanesa es una buena fuente de cultura y de conservadurismo. Con la evocación histórica que traen consigo los objetos arquitectónicos, la ideología payanesa se ha ido moldeando lenta y progresivamente, sin permitir que se den cambios extremos y  manteniendo aferrada a la ciudad al pasado. Como lo afirma Umberto Eco: la semiótica no sólo es el estudio de los signos, sino también abarca el estudio de los fenómenos culturales como sistema de signos; a la cultura payanesa no se le podría estudiar sin su arquitectura, porque no tendría sentido.

Además el signo arquitectónico no se puede entender como la mera representación física de un objeto o alguna construcción, por el contrario, y también en base a esta forma denotativa, la arquitectura tiene gran  fuerza connotativa, así que hay que entenderlo desde parámetros culturales, lo que refuerza la idea anterior. 

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